Fernando Savater en su libro "Ética y ciudadanía" hace mención de cómo nos afectan los avances tecnológicos: "Hay una dimensión que no he tratado, porque no había tiempo o se me había olvidado o por las dos cosas, que es esa especie de prevención que existe contra los logros científicos. Durante un tiempo me dió por buscar lo que se había pensado, en su época, de los logros científicos que hoy nos parecen completamente triviales. Por ejemplo, el ferrocarril. Hay que ver la cantidad de psiquiatras que en siglo pasado que los seres humanos enloquecerían si viajaban en un vehículo que se desplazara a 30 km por hora. Con el teléfono se habló desde de perforaciones de tímpano hasta alteraciones en las relaciones humanas, porque hablar por teléfono despersonalizaría completamente a los seres humanos -imangínense si hubieran conocido los celulares, hasta dónde habrían llegado las cosas-; el teléfono era visto como algo misterioso que cambiaba completamente las relaciones humans, etc. Les digo esto porque cuando dicen "Internet cambiará las cosas, los seres humanos se transformarán, ya no habrá relaciones personales" o al contrario, lo que creen que con Internet todos seremos como hermanos y nos comunicaremos unos con otros con más fluidez, yo no creo que sucedería ningun de las dos cosas. Internet se convertirá en un instrumento como el teléfono, el ferrocarril. Como otros instrumentos tendrá aspectos positivos y aspectos negativos. Evidentemente modificará cosas: el teléfono también modificó muchas cosas en nuestra vida; pero lo sustancial queda incólume. Creo que el buen uso de cosas como Internet tiene unos aspectos positivos, el acceso al conocimiento, por ejemplo".
Claro que eso fue en el 2002, y que de ese año para nuestros días han cambiado mucho las cosas. Y efectivamente no ha sucedido ninguna de las dos cosas, al menos no completamente. Lo que sí es cierto es que estamos viviendo en una profunda crisis de valores y que uno de los aspectos en que nos afecta es en la pérdida de relaciones humanas, o viceversa (qué fue primero el huevo o la gallina).
Si bien es cierto que la educación a distancia tiene grandes ventajas, la educación presencial permite cultivar esas relaciones que se están perdiendo para retomar y revalorizar estas relaciones. Hoy en día todo es express, todo a la rápida y sin fondo: a la juventud ya no le gusta esforzarse, saben que todo está a un "click" de distancia y que no les cuesta nada, les cuesta trabajo hasta escribir, tienen códigos en los que destrozan a nuestro idioma en aras de la rapidez, y además, son egoistas; esta cultura de la "individualidad" se olvida que (aunque a veces lo parece) no estamos solos, vivimos en una sociedad que aunque cada día se deteriora más, todavía existe.
Así que, ¿cómo podemos corregir esto? ¿Cómo podemos retomar y rescatar esos valores que tenemos perdidos y sanar el "tejido social" que está tan maltrecho?
Yo diría que el principio está en la familia, en volver a inculcar valores a los pequeños, pero también considero que la educación tiene una gran parte que poner en ello; y la modalidad presencial es la ideal ya que se puede rescatar ese papel de profesor y retomar las relaciones humanas de calidad.
Cosa que a través de la educación a distancia es más díficil de lograr, y aunque ésta representa un enorme avance y una gran fuente de oportunidades, no debemos olvidar que lo que nos hace humanos es poder vernos en el otro, comprenderlo y a través de él, superarnos y ser mejores.


